¿Y si no estoy roto? Sanar no es arreglarse

Vivimos en una cultura que insiste en la perfección. Que, si sufrís, hay que “solucionarlo”. Que, si algo te incomoda, entonces “algo está mal”. Pero ¿y si no estás roto? ¿Y si lo que necesitas no es arreglarte, sino entenderte?

En este espacio —donde miramos la salud sin etiquetas, sin mitos y con conciencia— creemos que sanar no es tapar los síntomas, ni eliminar el dolor. Sanar es integrar lo que eres, con todo lo vivido.

No eres un proyecto para reparar

Sentirse triste, estancado, enojado o perdido no significa que algo esté fallando. Significa que algo en vos pide ser visto, acompañado, escuchado. Como dice Brigitte Champetier:

“Todo lo que duele es una llamada de amor que aún no supimos responder.”

La trampa de “estar bien”

Buscar ayuda no siempre nace del dolor. A veces nace del deseo de vivir con más libertad, de dejar atrás lo que ya no nos sirve, de encontrarnos con lo que realmente queremos.

No se trata de “estar bien”. Se trata de estar en paz con lo que es.

Constelar no es corregir, es mirar

En las constelaciones familiares no buscamos cambiarte. Buscamos comprender lo que te mueve, lo que heredaste, lo que repetís sin saber por que Hellinger lo resumía así:

“Cuando el alma ve la verdad, se aquieta.”

Y desde ese aquietamiento, algo se acomoda. No porque vos estés mal, sino porque puedes empezar a reconocerte completo, incluso con lo que duele.

Si este texto te habló…

Entonces ya estás en camino.

Conoce más sobre nuestras propuestas terapéuticas o reserva tu espacio para mirar tu historia desde una nueva conciencia.

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